No pienses en un elefante, no pienses en un tenedor, no te imagines ni por un momento un lápiz o un bolígrafo, ni siquiera pienses en una jeringuilla. ¿En qué estabas pensando? ¿Te has dado cuenta? Ahora que no se te venga a la cabeza un plato, ni un vaso, ni platos que sean platos ni vasos que sean vasos ni el alcalde que quiere que sean los vecinos el alcalde. No hay duda que piensas en alguien que yo me sé. ¿Todavía no ves por dónde voy? Pues atento, que te lo explico.